lunes, 20 de junio de 2016

MITOS Y LEYENDAS DE LA REGIÓN AMAZÓNICA


EL CUPIRA

El Curupira es un ser fantástico del folclore popular de las selvas del Amazonas, la leyenda dice que su función es proteger los árboles y animales y quienes los atenten será castigado por la Curupira.Quienes dicen haberlo visto lo describen como un niño de baja de estatura, de pies al revés, pelirrojo.Es muy común escuchar este tipo de historias entre los cazadores.La Curupira para proteger los animales y esta en contra de los cazadores, por lo que es comun que ellos los hallan visto o escuchado en algun momento.Cuando llueve la Curupira corre desenfrenadamente por toda la selva golpeando los trocos de los árboles alertando a los animales de la lluvia y los fuertes vientos que se acercan.A la Curupira le gusta sentarse bajo las arboles a disfrutar de sus frutos, dicen que una vez que se siente observado o amenazado sale corriendo a una gran velocidad, existen Curupiras que encantan niños, alejándolos de sus padres por un tiempo.Los niños raptados nunca vuelven a ser los mismos, debido a la fascinación que empiezan a despertar por la naturaleza, aprenden a valorar el entorno natural en cualquiera de sus manifestaciones.

CHUCHAQUI

Cuenta la leyenda, que el Chullachaqui, es un demonio o un enano de la Selva que su nombre quiere decir "pies desiguales". Este ser, es capaz de transformarse en una persona como por ejemplo, en un pariente o alguien conocido con la finalidad, de llevar a sus víctimas a lo profundo de la selva, y una vez que están perdidos, este Demonio los abandona a su suerte. Según cuenta, el Chullachaqui tiene la estatura de un enanito con rasgos de un anciano dado a sus arrugas. Al caminar, deja una huella como la de un animal y la otra, de un humano. Sus ojos son de color rojos, y aquellos que lo los han visto, causa mucho miedo. Sus orejas son puntiagudas con una nariz larga como la de un duende maligno. Se dice que algunas veces, el Chullachaqui da regalos a los campesinos que trabajan en la selva, también, se roba a los niños para jugar con ellos pero después, los devuelve sin hacerles daño alguno. Este ser también gusta de imitar los sonidos de otros animales, y toca la flauta. Los indígenas los llaman "la madre del bosque", también le tienen respeto y temor. Él, cuida la selva y castiga o premia a los campesinos según su criterio. La única forma de ver un "Chullachaqui", es mirar sus pies, ya que rápidamente uno se da cuenta al notar que uno lo tiene deforme, el siempre trata de esconderlo para no ser descubierto.

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